Hoy se celebra el Día Mundial de los Docentes. Su fin principal es rendir homenaje a una de las profesiones más valiosas dentro de cualquier sociedad: la enseñanza. Los docentes forman parte de nuestra vida desde que somos niños. Además, son clave en la recuperación social, y por ello se debe revisar el estado de su profesión. Por ello la innovación educativa es tan importante, porque gracias a ella dichos profesionales pueden desarrollar su trabajo con total garantía. ¿Quieres descubrir más acerca de su importancia? Continúa leyendo y recuerda que puedes especializarte en educación con nuestro Máster en Pedagogía Montessori + Máster en Coaching e Inteligencia Emocional Infantil y Juvenil.
Índice de contenidos
La importancia de la innovación educativa
Se suele pensar que introduciendo las nuevas tecnologías dentro del ámbito de la educación, ya se está innovando. Sin embargo, el concepto de innovación educativa hace referencia al proceso por el que la enseñanza evoluciona y cambia a medida que las necesidades de la sociedad, y sobre todo de los alumnos, también evoluciona. Este concepto se basa principalmente en cuatro elementos: las personas, el conocimiento, los procesos y la tecnología. Con ello asegura que si no se consideran estos cuatro elementos de forma conjunta, la innovación educativa no dará los frutos esperados.
Tendencias educativas
Dentro del concepto de innovación educativa, debemos tener también en cuenta el papel del docente y la forma que tiene de enseñar. Avanzar y considerar todas las posibilidades existentes dentro del ámbito de la educación no solo enriquece al profesional, sino que es beneficioso para cualquier alumno. Por ello, algunas de las tendencias educativas que se siguen implementando actualmente son:
- La gamificación, que hace referencia al hecho de aprender jugando. Consiste principalmente en potenciar la motivación de los alumnos a través de juegos. De esta forma se logra que el aprendizaje sea una experiencia positiva y satisfactoria.
- La pedagogía inversa, que defiende un cambio de roles entre docentes y alumnos de manera que estos últimos participen de forma activa en su propio proceso de aprendizaje.
- Aprendizaje colaborativo o por proyectos. El método Montessori es un gran ejemplo. Dentro del ámbito de la enseñanza se recogen unos elementos y valores que pueden ser más o menos relevantes en el proceso de aprendizaje de los niños y niñas según sus necesidades. Por ello, el aprendizaje por zonas y combinando diferentes edades ayuda a fomentar valores como el respeto, la responsabilidad o la igualdad. Además, ayuda a los más pequeños a aprender a colaborar, a ayudar a otros y a comunicarse de forma eficiente.
- Innovación y tecnología, ya que su uso también es un elemento fundamental dentro de la educación y la innovación educativa. El uso de herramientas electrónicas puede ser excelente para, por ejemplo, enseñar historia o geografía a los más pequeños de una forma más sencilla.
Claves para la innovación educativa
1. Tener presente la diversidad
La diversidad es un pilar fundamental para la innovación educativa. Los grupos que son diversos, resultan ser más creativos, lo que les permite innovar. Dentro de este punto es importante considerar que a mayor diversidad, mayor personalización del aprendizaje y mayor inclusión. Es imprescindible que los niños se eduquen libres de estereotipos y prejuicios, sin pensar en etiquetas.
2. Respetar los ritmos
A menudo los adultos nos centramos en lo inmediato, olvidando que la lentitud es una necesidad pedagógica. Todo aprendizaje requiere un determinado tiempo para que perdure. Por ello, es importante tener presente la necesidad de dedicar el tiempo justo a cada actividad educativa y de respetar y potenciar los diversos ritmos de aprendizaje de cada niño.
3. Aumentar la flexibilidad
Por último, otra de las claves es la flexibilidad. La innovación siempre será posible si ocurren cambios en el liderazgo pedagógico y educativo. Por ello, los entornos colaborativos son fundamentales dentro de la innovación educativa. Se necesitan docentes con sensibilidad, compromiso, creatividad y sobre todo empatía para motivar y emocionar a sus alumnos. Autocrítica y flexibilidad para reinventarse y transformar sus prácticas de enseñanza dependiendo de las necesidades específicas de cada alumno.